La canción de cancha más hermosa del mundo la hicieron los napolitanos. Trata de un amor a primera vista que se revela como un estallido y, a la vez, se confiesa con pudor, nada menos que a la madre: “Oh mamá, mamá, mamá / ¿sabes por qué me late el corazón? / He visto a Maradona / oh, mamá, enamorado estoy”.
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