Historia de la intervención de Estados Unidos en Bolivia (1920-2014)


Invasión USA

07 de octubre del 2014

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, impulsor de esta investigación histórica, subrayó que “la historia de Bolivia no puede ser entendida sin contar la historia de la injerencia de los Estados Unidos”. Y, efectivamente, observamos la ausencia de una bibliografía integral sobre el rol activo, disciplinador, colonial de EE.UU. en la vida del país.

La serie documental Invasión USA constituye un mapa detallado sobre la injerencia artera de los Estados Unidos en Bolivia, desde 1920 hasta nuestros días. Décadas y décadas marcadas por el despojo, el saqueo, la intervención y la imposición de políticas antipopulares. Un país que fue empujado a entregar sus recursos naturales a precio vil por agentes externos y cómplices internos. Esta es la historia que no existe en los libros oficiales, que apenas se ha contado en pequeñas dosis por algunos valientes, que muchos han elegido ocultar o ignorar, que otros han preferido olvidar. Por esta razones, creemos que constituye una obra vital para las futuras generaciones, para no olvidar los tiempos de la capitulación nacional a manos del imperio.

Durante el galope solitario de la doctrina neoliberal en tierras bolivianas, para los políticos y gobernantes era un acto religioso asistir al bunker de la avenida Arce cada 4 de julio. El día de la Independencia de los Estados Unidos era todo un acontecimiento para la clase dirigente local. Algunos ejemplos muestran el grado de sumisión de aquellos que desahuciaron a la patria en favor de intereses foráneos y en contra del pueblo. Por eso, en la prensa de la época, podemos ver a Gonzalo Sánchez de Lozada fotografiado junto al ratón Mickey; a Carlos Sánchez Verzaín y a otros funcionarios vestidos de cowboys, a pedido de la embajadora Donna Hrinak; a expresidentes como Hugo Bánzer y Jaime Paz Zamora brindando con champagne a la salud de los amos del norte. Un titular de los tiempos de entreguismo lo explicaba sin eufemismos: “4 de julio para políticos con visa”. Y la volanta agregaba: “El poder nacional se trasladó a la residencia de Estados Unidos”. Estos hechos podrían parecer menores, pero no lo son, demuestran el nivel de degradación al que llegaron hombres y partidos políticos en Bolivia con tal de complacer a la legación norteamericana. Es solo un botón de muestra, simbólico, del contenido de la serie documental Invasión USA: Historia de la intervención de Estados Unidos en Bolivia (1920-2014), que se presentó en el auditorio del Banco Central del Estado Plurinacional el 29 de septiembre y que fue elogiado por el presidente Evo Morales como un trabajo que “quedará para la vida” de los bolivianos y los latinoamericanos.

Invasión USA consta de seis capítulos. El documental se inicia en la década de 1920 cuando se instala en Bolivia el gran capital estadounidense con el desembarco de la todopoderosa Standard Oil Company of New Jersey, que abrió el camino a otras transnacionales que llegaron al país para saquear los recursos naturales sin dejar nada a cambio. La compañía petrolera, además, jugó un rol activo contra Bolivia en la Guerra del Chaco negando todo tipo de asistencia, incluso humanitaria, hasta el límite de colaborar con el enemigo. La Revolución Nacional también recibió imposiciones constantes de parte de Estados Unidos, como señala el historiador José Roberto Arze hasta llegar “al precio de la propia Revolución”, lo que no impidió que en 1964 propiciara e impulsara el golpe militar de un hijo dilecto de la Central de Inteligencia norteamericana, el general René Barrientos Ortuño, quien tres años después, por órdenes de la CIA, asesinara al ícono revolucionario mundial, Ernesto Che Guevara.

Además del impulso a los golpes de Estado contra las democracias en América Latina, Estados Unidos ideó el Plan Cóndor para perseguir, torturar, desaparecer a los miembros de organizaciones sociales y políticas contrarias a las doctrinas de Washington en todo el cono sur. Un caso emblemático es el asesinato del general nacionalista Juan José Torres por un Grupo de Tareas de la dictadura militar argentina en 1976. Otro hijo dilecto de la CIA, el general Banzer fue el brazo ejecutor en Bolivia de una de las más sangrientas páginas de las historia boliviana.

Con la recuperación de la democracia en 1982, la injerencia no cesa, se inicia el boicot al gobierno de la UDP de Hernán Siles Suazo y con el cuarto mandato de Víctor Paz Estenssoro la jibarización del Estado, que se completaría con la privatización y entrega de las empresas públicas a precio de gallina muerta en beneficio de empresas transnacionales y algunos cómplices locales. Complementariamente, el saqueo de los recursos naturales constituyó la gota que rebalsó el vaso de la sociedad, que estalló expulsando del poder a los políticos vendepatria en 2003.

Un capítulo de especial importancia en el contexto de las elecciones del 12 de octubre es el que se titula Neoliberalismo y Coca Cero (1989-2003), período en el que surge la figura de Evo Morales, como líder de los campesinos cocaleros y como figura clave contra la intervención de los Estados Unidos en el Trópico de Cochabamba, que inició una guerra de baja intensidad para la erradicación forzosa de la sagrada hoja de coca. La resistencia en el Chapare galvanizó la identidad ideológica del movimiento cocalero. Se trata, sin dudas, de la organización campesina más antiimperialista del continente. El propio Morales estuvo en la mira de la DEA y la CIA, que pusieron en marcha planes para asesinarlo y así descabezar a los cocaleros y cortar el crecimiento de su imagen a nivel nacional.

De estos tiempos aciagos resaltan dos personajes: Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga, que hoy son candidatos opositores al presidente Evo Morales y que fueron los responsables, los ideológos, de la entrega del patrimonio de todos los bolivianos a capitales extranjeros. Se trató de un período marcado por la sumisión absoluta a los designios del Departamento de Estado, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Tiempos en que Bolivia era un Estado mendigo.

Invasión USA retrata este proceso de implementación de las políticas económicas y militares deseadas por Washington, cuando Estados Unidos pasó a controlar prácticamente todos los estamentos de la debilitada estructura estatal boliviana, violando de hecho y de manera flagrante la soberanía de la nación.

En su último capítulo, El proceso de cambio (2003-2014) se analiza la reversión de las políticas de dominación, los intentos estadounidenses de fragmentar al país mediante la rebelión artificial de los departamentos de la llamada Media Luna. Un proceso que resultó exitoso en la ex Yugoslavia pero que fracasó estrepitosamente en Bolivia. Con el proceso de cambio iniciado en 2006, se revertió esta actitud servil, incluso con hitos como la expulsión del embajador de Estados Unidos, Phillip Goldebrg, y de agencias desestabilizadoras como la DEA y la Usaid.

Como explicó el ministro Quintana sobre la importancia de Invasión USA: “Este es un producto de la investigación, del rigor científico hecho por jóvenes para que sean los jóvenes del proceso de cambio, la generación Evo y las próximas generaciones las que puedan reinterpretar la historia del despojo, del saqueo y de la intervención”.

Ficha técnica:

Director: Andrés Sal.lari

Investigación Histórica: Mariano Vázquez

Edición y Diseño de pos-producción: Alejo Araujo.

Producción: Mariela Zunino y Mora Canal

 

Artículo publicado en el semanario La Epoca, de Bolivia.

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categoría: américa latina