Rafael Correa le canta el clásico de los partisanos italianos al presidente Moreno, a quien la furia popular obligó a trasladar su gobierno a Guayaquil. Apoyado por el Grupo de Lima, Estados Unidos y protegido por el cerco mediático, ¿la correlación de fuerzas permitirá la salida adelantada del mandatario ecuatoriano?
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