Para los políticos neoliberales acudir vestidos de cowboys cada 4 de julio al acorazado bunker de la Embajada de los Estados Unidos era un acto religioso. Este año no hubo tal festejo. La cita se suspendió “hasta nuevo aviso”. La otrora elite política boliviana, ya fosilizada, deambula triste añorando los viejos tiempos.
Leer el resto de la nota »